Liébana es un paraíso por su rica y variada gastronomía

30 de julio de 2015

Todo Liébana tiene merecida fama por su belleza y la espectacularidad de sus paisajes, donde destacan las cumbres del Parque Nacional de los Picos de Europa. De la comarca es espectacular todo, hasta su propia ruta de acceso, que atraviesa la angosta garganta del desfiladero de La Hermida, tallada a lo largo de millones de años por el río Deva, uno de los más salmoneros de la región.

 

Empezando por las dulces corbatas de Unquera, junto a la costa, Liébana es especial y además tiene una gastronomía particular que tiene una merecida fama debido a la especial orografía de la zona que la protege de los vientos marinos y confiere un microclima más propio de latitudes mediterráneas y que debes aprovechar para disfrutar.

En la capital, Potes, villa de piedra que se mueve a un ritmo particular de tranquilidad contagiosa y en todos los pueblos de la comarca podrás homenajearte con los platos típicos entre los que destacan los quesos lebaniegos que gozan de gran fama, especialmente el Picón Tresviso-Bejes, con denominación de origen, y los quesucos como los ahumados de Áliva, los de cabra u oveja. También son típicos los pemiles, jamones de cerdo curados al frío, el borono, una especie de morcilla, y los embutidos de cerdo, jabalí y venado.

Aunque el plato típico por excelencia es el cocido lebaniego elaborado con los pequeños garbanzos que se cultivan en las huertas de la comarca. Las carnes de vacuno, cordero y cabrito acompañadas con un vino tinto elaborado con las uvas de viejas viñas de la zona es otro de los manjares de las mesas lebaniegas.

La miel y los postres caseros, y un té del puerto con unas gotas de orujo destilado en los valles lebaniegos culminarán una sabrosa y típica comida que no olvidarás.

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